Ahora que los Strokes vuelven a la CdMx por primera vez en muchos años, y después de la pausa musical (y de todo tipo) ocasionada por la pandemia, recordé el libro de Lizzy Goodman sobre la escena rockera de Nueva York a comienzos del milenio, Nos vemos en el baño. Renacimiento y rock and roll en Nueva York 2001-2011, y en particular el capítulo dedicado al 11 de septiembre y sus postrimerías. Los Strokes habían sacado meses antes su genial primer disco, Is This It?, que fue un éxito inmediato, y de hecho el 11 de septiembre era la fecha de lanzamiento del vinilo en Estados Unidos. A causa de la catástrofe y el instantáneo papel heroico que adquirieron en Nueva York los bomberos y los policías, la canción “New York City Cops” se volvió sumamente polémica, y aunque ya no pudo ser retirada del vinilo, fue reemplazada en el disco compacto que salió poco tiempo después. (Julian Casablancas no quería, pues argumentaba que no tenía nada que ver y era sólo una canción, pero el ambiente estaba tan tenso y cargado de emociones que optaron por sí hacerlo).
Es famosa la frase de Marx que reza que la historia se repite dos veces, primero como tragedia, y después como farsa. Así, la siguiente viñeta relatada por el vocalista de TV on the Radio, Tunde Adebimpe, remite igualmente a los numerosos ejemplos de mezquindad pandémica por parte de las grandes farmacéuticas y empresarios libertarios, para quienes el mercado y sus ganancias debían ir antes que la salud de los trabajadores, o que el acceso masivo a vacunas para países enteros. Cuenta Adebimpe que el mero día de los atentados deambulaba con amigos por las calles, contemplando desorientados el desastre, cuando se detiene junto a ellos un tipo un poco mayor, con un portafolio en mano, y dice al aire: “Oh, Dios mío. Había muchos clientes míos en ese edificio. Probablemente acabo de perder a muchos clientes”. “Era como el canario en la pinche mina de carbón –comenta al respecto Abedimpe–. Siento que Nueva York estaba por convertirse en lo que es ahora desde mucho antes, y el 11 de septiembre introdujo una pausa”.
Pero al igual que ahora, entonces también se resignificó la idea de que a causa del incremento del sentido de la fragilidad y el absurdo de todo, la idea de hacer música (o cualquier expresión artística) como fin en sí mismo cobraba nuevos bríos. Si el mundo se iba a acabar, mejor que lo agarrara a uno cantando y bailando. De ahí que todas las bandas de la época, TV on the Radio y los Strokes incluidos, continuaran incluso con mayor empeño en sacar discos, irse de gira, pues lejos de que la catástrofe volviera irrelevante la música, su carácter efímero e instantáneo la hacía más trascendente.
Pues quizá en ambos momentos el reverso micro del pandemonio macro consista en buena medida en aferrarse a lo inmediato cotidiano ante el colapso de la narrativa a gran escala, y lo que parecería ser el reciclaje de lo mismo, como dicen por ejemplo los Strokes en “The Adults Are Talking”, canción emblemática del disco más reciente: “Accionistas/Misma mierda, una mentira diferente”. O como también reaccionaran ellos mismos ese día, a los atentados del 11 de septiembre, en palabras de Albert Hammond Jr.: “Ensayamos esa noche”.
Eduardo Rabasa