Este mayo aparece en inglés (informa Harper’s) un libro de Isaac Bashevis Singer escrito originalmente en yidish y titulado Viejas verdades y nuevos clichés. Viene ahí un texto sin desperdicio: “Periodismo y literatura”. Va en 12 trazos.
1. Sé de escritores que consideran una tragedia ganarse la vida en el periodismo. 2. Alegan que un periodista se acostumbra a escribir a las prisas, sin pesar ni medir cada palabra, y que los recursos y los métodos del periodismo son contrarios a la creatividad. 3. Mi experiencia sugiere otra cosa: escribí mis mejores obras en medio del bullicio periodístico, a veces justo en las oficinas editoriales entre un artículo y otro; mis novelas La familia Moskat y La hacienda se publicaron por entregas en un periódico judío, y yo preparaba un nuevo capítulo prácticamente cada semana para su aparición el sábado entrante. 4. (Cierto que luego los volví a trabajar pero el grueso de la obra se hizo con urgencias mientras el editor y el tipógrafo me exigían ya el manuscrito.) 5. Dostoievski fue un periodista notable y los elementos periodísticos que hay en sus obras no les causó mayor daño; Chéjov escribió casi todos sus bosquejos para revistas; Maupassant y Zola tenían nexos cercanos con la prensa, y Edgar Allan Poe y Walt Whitman eran igualmente periodistas.
6. La primera regla para una pieza periodística es que el escritor produzca algo nuevo. 7. El periódico es un órgano de nuevas; paradójico, pero lo mismo es cierto para la literatura, aunque en un sentido más amplio: toda buena obra literaria debe contener un elemento informativo. 8. Los lectores deben sentir que un escritor les da algún tipo de revelación, un acercamiento fresco, una nueva forma. 9. Una obra debe literalmente renovar a sus lectores. 10. Muchos escritores que le temen al periodismo buscan cortar los nexos naturales entre literatura y periodismo. 11. La literatura no tiene nada que temer del buen periodismo. 12. Casi siempre el buen escritor es también un buen periodista.
Luis Miguel Aguilar