En 2017 se hizo en Estados Unidos una investigación sobre el número de armas en manos de los residentes de aquel país. El resultado dice que en aquel año había 393 millones de armas en EU. Más armas que ciudadanos.
Tener el número exacto es complicado por otras vías, ya que muchos estados tienen regulaciones muy laxas para la distribución, venta y propiedad de armas de fuego. Tanto así que el más reciente dato, de este año, de armas registradas en EU es de 5 millones 88 mil. No son pocas, pero muy lejos del número que dio cinco años antes la investigación mencionada.
Tan diferente es la regulación en cada estado que el número de armas de fuego registradas varía significativamente. El más bajo es de tres por cada mil personas en Rhode Island y Nueva York, a 229 por cada mil personas en Wyoming. Los otros cuatro estados con el mayor número de armas por cada mil personas son: New Hampshire (47), Nuevo México (46), Virginia (36) y Alabama (33). Texas tiene 21 armas registradas por cada mil personas.
Y los estados que tienen las leyes más estrictas para la compra y registro de armas no solo tienen el menor número de armas por cada mil habitantes, sino que tienen los menores números de muertes por arma de fuego.
Es decir, regular las armas funciona.
El odio, las ideologías de la muerte, las teorías de la conspiración existen en todas partes del mundo —más en estos tiempos—, la diferencia con Estados Unidos es que ahí se tiene acceso inusitado a las armas.
El joven de 18 años autor de la masacre en Búfalo compró un rifle de asalto Bushmaster legalmente en una tienda en Endicott, Nueva York. Solo se checaron antecedentes criminales que el hoy asesino no tenía. Después de comprar el rifle lo modificó para hacerlo más letal.
Si es la ideología del odio la que con acceso a las armas crea tragedias, es la ideología conservadora y el dinero la que no ha permitido que en Estados Unidos se regule el acceso a ellas para quien se le pegue la gana.
La combinación seguirá creando tragedias, como las de Búfalo y California este fin de semana y como las muchas más que vienen.
Carlos Puig
@puigcarlos